Los detergentes, por otro lado, son productos de limpieza sintéticos que se desarrollaron para superar algunas de las limitaciones de los jabones tradicionales. A diferencia del jabón, que se produce a partir de materias primas naturales, los detergentes se fabrican a partir de productos químicos sintéticos, como tensioactivos derivados del petróleo. Estos tensioactivos son compuestos que reducen la tensión superficial del agua, lo que les permite penetrar y eliminar la suciedad y las manchas de manera más efectiva.
Los detergentes también son anfipáticos, pero su estructura química es diferente a la de los jabones. Esto les permite funcionar en una variedad de condiciones, incluyendo agua dura, que puede interferir con la eficacia de los jabones. Los detergentes se presentan en diversas formas, como líquidos, en polvo, tabletas y cápsulas, y se utilizan en una amplia gama de aplicaciones, desde la limpieza de ropa hasta la limpieza de superficies en el hogar y en entornos industriales.