La autopolinización, por otro lado, es el proceso en el cual el polen de una flor es transferido a su propio pistilo, es decir, el polen proviene de la misma planta. Este tipo de polinización puede ocurrir en flores que tienen tanto estambres como pistilos, lo que les permite fertilizarse a sí mismas sin necesidad de polen de otra planta.
Características de la Autopolinización
- Independencia de Otros Individuos: La autopolinización no requiere la interacción con otras plantas, lo que puede ser ventajoso en entornos donde la población de plantas es escasa o donde los polinizadores son limitados.
- Estructura Floral: Muchas plantas que se autopolinizan tienen estructuras florales que facilitan este proceso, como flores hermafroditas que contienen tanto órganos masculinos como femeninos.
- Menor Diversidad Genética: La autopolinización tiende a reducir la diversidad genética, ya que la descendencia proviene de los mismos genes. Esto puede hacer que las plantas sean más vulnerables a enfermedades y cambios ambientales.
- Producción de Semillas: Aunque la autopolinización puede resultar en la producción de semillas, la calidad y la vitalidad de estas semillas pueden ser menores en comparación con las producidas a través de la polinización cruzada.